Pues bien, para salvar en gran medida ese
inconveniente (pero, ¡ojo! siempre que el agua de la piscina no esté demasiado
fría!), están los shortys de buceo que, en su versión infantil y por el grosor
del neopreno, están más pensados para nadar que para bucear. Y, si bien hay
opciones igualmente funcionales, a nosotros nos encantan los de CRESSI… Tienen
un colorido precioso y, aunque se abrochan por delante (lo que es una facilidad
para ellos), la cremallera está convenientemente protegida para que, en caso de
se quieran salir atropelladamente por el bordillo, no se raspen con ella. En
cuanto a las tallas, la S es una dos años y luego la M, L y XL van saltando dos
años cada una. Por último, comentaros que aclarándolos con un poco de agua del
grifo al quitarlos se mantienen impecables.
¡Que os gusten!
Bss
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